lunes, 22 de junio de 2015

EMPECEMOS POR LA ORIENTACIÓN AL CLIENTE

 
Toda empresa o negocio tendrá siempre un objetivo fundamental, el de generar ingresos y rentabilidad.  Para ello, es clave lograr  ventas y  mayor eficiencia en el manejo de los recursos y los costos.  Pero si esto es cierto, entonces, ¿por qué constantemente escuchamos que el cliente  es lo más importante?.  El punto  es que la  facturación, y la eficiencia en el manejo de  recursos, nunca van a dejar de ser el centro de todos los esfuerzos y el objetivo más importante. Pero centrarse en el cliente, claramente será  el camino más rápido y seguro para lograrlo.

La pregunta a responder es entonces,  ¿qué significa centrase u orientarse al cliente?.  Básicamente diríamos que es prestar mayor atención al servicio que damos a los clientes y a las estrategias de fidelización que enfocamos a ellos.  Esta atención debe ser estratégica y a nivel organizacional, pero sobretodo debe estar basada en el conocimiento a partir de las bases de  datos y la información.

El enfoque al cliente debe basarse en la idea de que no todos los clientes son iguales, pues tienen diferente comportamiento, diferentes necesidades a satisfacer dentro de las múltiples opciones que podemos ofrecerle, y sobre todo, tienen diferente valor para el negocio, determinado no solo por el valor total de lo que compra.

Cuando una empresa entiende esto y logra tener este conocimiento de los clientes en sus manos, puede diseñar ofertas de valor, es decir, esquemas de productos, de servicios, de atención y de valores agregados, para segmentos diferentes de clientes, lo que asegurará por un lado, la satisfacción, la lealtad y  la fidelización y por otro lado la rentabilidad del negocio y la eficiencia en la inversión de presupuestos de mercadeo, pues esta se hace de una forma más enfocada e inteligente.  

En esto consiste el  paso del mercadeo masivo al mercadeo relacional, y el CRM como filosofía empresarial ofrece unos pasos específicos para lograrlo.

En resumen, una empresa o negocio orientado al  cliente:

-    Conoce a los clientes mejor que la competencia: no solo desde la investigación de mercados sino desde el aprovechamiento de datos de contacto, demográficos, sicográficos y transaccionales en su base de datos

-    Segmenta sus clientes:  no solo de acuerdo a variables demográficas, sino de acuerdo al valor que tienen para el negocio.   Lo hacen también de acuerdo a las necesidades que cada tipo de cliente busca satisfacer e incluso de acuerdo al valor potencial que tiene para el negocio en el mediano plazo. 

-    Define y asegura la entrega de ofertas de valor por segmento: teniendo en cuenta componentes emocionales, racionales y de conveniencia, de acuerdo a las características de cada segmento

-    Mide permanentemente satisfacción de los clientes: lo hace midiendo reactiva y proactivamente la calidad de la experiencia en cada uno de los momentos de verdad del ciclo de vida del cliente y en los diferentes canales de interacción

-    Define estrategias de ventas y fidelización basadas en la información de los clientes y los segmentos

-    Trabaja por una cultura de servicio: a través de formación, capacitación, sensibilización y motivación a los empleados

Estos serán unos pasos claves sobre los que en próximas entregas entraremos a profundizar y  conocer como las empresas los están llevando a cabo.

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